¡ YETI !
El Yeti es una de las más famosas exportaciones de Nepal, y ocupa un nicho biológico muy debatido más o menos entre la zoología y la religión popular.
Antes de levantar los brazos y salir a toda prisa de la habitación, hay que tener en cuenta que el bando pro yeti cuenta con verdaderos partidarios. En 1938 el montañero Bill Tilman siguió la pista de huellas de yeti durante más de una milla. Eric Shipton fotografió una huella de yeti en el glaciar Menling/Menlungtse en 1951. Edmund Hillary dirigió una expedición en 1960 para seguir el rastro del yeti, lo mismo que Chris Bonnington en 1986 y escribió un libro sobre el tema.
Hay múltiples casos que afirman haberlo visto. En la región de Rongbuk en el Tíbet aparentemente se descubrió el cadáver de un yeti ahogado en 1958. En 1998 el informe policial sobre la muerte de una mujer sherpa cerca de Dole, en el trekking de Gokyo, en Nepal, citaba como causa de la muerte "ataque de yeti". Yoshiteru Takahashi, el más famoso buscador del yeti de Japón, en 2003 dijo haber encontrado una cueva de yeti en las laderas de Dhaulagiri (su cámara se congeló antes de que pudiera tomar una foto...).
La región de Rolwaling parece ser el corazón de las apariciones del yeti, seguida de cerca por la de Khumbu. Los excursionistas que sigan la ruta del campo base del Everest todavía pueden ver el cuero cabelludo de un yeti en el monasterio de khumjung (en realidad hecha de la piel de un serow, una especie de cabra-antílope), aunque la mano del yeti de Pangboche, que se dice que era la de un lama momificado, ha desaparecido misteriosamente. Las "pieles de yeti" de la región en realidad son de oso azul del Himalaya.
La palabra "yeti" proviene del tibetano yeh-teh, "hombre de lugares rocosos y nevados". Los nombres tibetanos alternativos son migyu y mehton kangmi, o "abominable hombre de las nieves". Relatos de primera mano cuentan que tiene la piel rojiza, cabeza cónica, un aullido agudo y un extraño olor a ajo, pero un letrero en el monasterio de khumjung esboza los distintos tipos de yeti de forma más sutil, y lo que es más importante, en términos culturales. Según pone, el dre-ma y el tel-ma, parecidos al mono, son mensajeros de la calamidad, mientras que el chu-ti anda a cuatro patas y caza cabras, ovejas y yaks. El peor de todos es el mi-te, devorador de hombres y con muy mal genio.
El viajero está avisado !
(Bradley Mayhew)
dimarts, de juliol 14, 2009
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